Es muy común creer que las extensiones de espalda y las posturas de flexibilidad profunda son accesibles solo para personas hipermóviles o naturalmente flexibles. Suelo ver a muchas practicantes en el mundo del yoga que son fuertes, pero no se involucran en posturas de extensiones y al revés, hay muchos practicantes flexibles que naturalmente gravitan más hacia posturas de flexibilidad. La verdad es que estos dos elementos están en realidad más cerca de ser buenos amigos que de opuestos.
El típico hombre fuerte que hace el pino con facilidad está temblando en una profunda extensión, y la chica flexible no es capaz de mantener el peso de su cuerpo boca abajo durante 30 segundos. ¿Te suena familiar lo que digo? Si bien no soy una maestra de fuerza de la parte superior del cuerpo o de verticales, sí sé que la fuerza es un componente importante al entrenar las extensiones. No se trata de explotar tu flexibilidad natural (si es que la tienes).
No estamos moviendo nuestra columna lumbar, aplastándonos y doblándonos como tallarines cocinados y suaves; estamos fortaleciendo, apoyando, activando y controlando cada músculo involucrado en nuestra extensión. Y todo esto se puede aprender, mediante la repetición y la técnica correcta. Si bien definitivamente puede llevarte a lugares incómodos y vulnerables, también te enseña mucho sobre ti y tu cuerpo. Tienes que ser constante y persistente.
Antes de comenzar tu viaje de backbending o extensiones de espalda, asegúrate de tener una base de fuerza y estabilidad del core (abdominales profundos), y lo mismo ocurre con los hombros y los flexores de la cadera. Luego, utilizará esa fuerza mientras trabajas tu flexibilidad.
Los practicantes como yo, con una espalda naturalmente más flexible, realmente deben tener cuidado al profundizar y utilizar los músculos correctos para no causar ninguna lesión.
Entonces, de algún modo, ser flexible se puede convertir en casi un obstáculo a la hora de entrenar la flexibilidad porque, sin darte cuenta, puedes crear desequilibrios y compensaciones si no cuentas con la fuerza necesaria para sostener tu flexibilidad. O peor aún, podrías pasarte y sin darte cuenta, dañarte la columna. ¡Debes tener fuerza para controlarte!
Por otro lado, las personas que no son naturalmente flexibles tendrán que esforzarse más para obtener esa flexibilidad, pero de alguna manera será más seguro para ellos realizar esas posiciones más profundas.
Puede ser más lento, pero la flexibilidad es un viaje largo de todos modos. ¡El cuerpo tarda mucho en desarrollar la longitud de los músculos!
Sé paciente, constante y disfruta del viaje. No practiques solo para lograr una postura, sino para aprender más sobre ti y lo que tu cuerpo puede hacer.
Recuerda que la flexibilidad es inútil sin fuerza, y la fuerza puede expresarse maravillosamente en flexibilidad.